sábado, 23 de agosto de 2014
Victor Hugo
Victor Hugo (Besanzón, 26 de febrero de 1802 - París, 22 de mayo de 1885), fue un poeta, dramaturgo y escritor romántico francés, considerado como uno de los escritores más importantes en lengua francesa. También fue un político e intelectual comprometido e influyente en la historia de su país y de la literatura del siglo XIX.
Ocupa un puesto notable en la historia de las letras francesas del siglo XIX en una gran variedad de géneros y ámbitos. Fue un poeta lírico, con obras como Odas y baladas(1826), Las hojas de otoño (1832) o Las contemplaciones (1856), poeta comprometido contra Napoleón III en Los castigos (1853) y poeta épico en La leyenda de los siglos (1859 y 1877). Fue también un novelista popular y de gran éxito con obras como Nuestra Señora de París (1831) o Los miserables (1862). En teatro expuso su teoría del drama romántico en la introducción de Cromwell (1827),4 y la ilustra principalmente con Hernani (1830) y Ruy Blas (1838).
Su extensa obra incluye también discursos políticos en la Cámara de los Pares, en la Asamblea Constituyente y la Asamblea Legislativa —especialmente sobre temas como la pena de muerte, la educación o Europa—, crónicas de viajes —El Rin (1842) o Cosas vistas, (póstuma 1887 y 1890)—, así como una abundante correspondencia.
Contribuyó de forma notable a la renovación lírica y teatral de la época; fue admirado por sus contemporáneos y aún lo es en la actualidad, aunque ciertos autores modernos le consideren un escritor controvertido. Su implicación política, que le supuso una condena al exilio durante los veinte años del Segundo Imperio francés (1852-1870), permitió a posteriores generaciones de escritores una reflexión sobre la implicación y el compromiso de los escritores en la vida política y social.
Practicó casi todos los géneros: novela, poesía, teatro, ensayo... con una pasión por la palabra, un sentido de lo épico y una imaginación fecunda. Escritor y político, Hugo nunca intentó marcar una distinción entre su actividad como escritor y su compromiso social, y efectuaba una mezcla de sus obras de ficción, el desarrollo novelesco y la reflexión política.
Sus opiniones, a la vez morales y políticas,6 y su obra excepcional, le convirtieron en un personaje emblemático a quien la Tercera República honró a su muerte con un funeral de Estado, celebrado el 1 de junio de 1885 y al que asistieron más de dos millones de personas, y con la inhumación de sus restos en el Panteón de París.
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